Percepción
es la capacidad de captar la información del entorno a través de los sentidos
exteroreceptores y decodificarla a través de los sentidos interoreceptores para
ser asimilarla a través de los sentidos propioreceptores. Toda manifestación
externa susceptible de ser “percibida”
tiene diferentes frecuencias vibracionales y nuestros sentidos solo captaran
aquello que esté dentro de nuestro propio rango vibratorio. De esta manera si
un tipo de información vibra muy rápido simplemente no será captada por estar “fuera
de rango”.
Para subir
la rata vibratoria es necesario aumentar la energía, sin embargo debido a las
leyes de la termodinámica la cantidad de información que puede recibir un
cuerpo, está directamente relacionada con la energía disponible en ese cuerpo,
pero este proceso implica que un alto porcentaje de la energía se “queme”
debido al calor que se genera del acoplamiento. De allí que al final, el
porcentaje de energía aprovechable,(necesaria para aumentar la vibración) sea
reducido en comparación con la energía inicial que poseía el cuerpo.
Un factor
decisivo en el aprovechamiento energético es la velocidad de transferencia. Los
procesos intelectuales de asimilación de conocimiento son ejecutados a través de
reacciones químicas entre los neurotransmisores y las hormonas y estos operan a
una velocidad aproximada de un centímetro por segundo. Mientras que la
captación de información a través del mecanismo de la intuición se realiza por
captación de señales electromagnéticas que viajan a una velocidad de trescientos
mil kilómetros por segundo. De esta manera el aprendizaje por vía intuitiva
quema menos energía que por vía intelectual permitiendo mayor capacidad de
captación, decodificación y asimilación de la información del entorno.
Una vez que
un cuerpo ha utilizado su energía para captar información, esta no se
decodifica de inmediato. Se requiere de un gasto energético adicional para
transducir la información en conocimiento y asimilarla como sabiduría. Este
proceso es más lento porque se realiza a través de procedimientos electroquímicos
de las neuronas cerebrales y se ve obstaculizado por los filtros de creencias
previas y paradigmas preexistentes como programación adquirida en la mente
subconsciente.
De allí que
el camino a la consciencia (o camino al conocimiento)) requiera de un ahorro energético
que solo es posible liberando la mente de dogmas y creencias. Cuestionando
(poniendo en perspectiva comparativa) todo lo que de manera natural estamos
inclinados a creer incondicionalmente y liberando la emocionalidad de presiones
adicionales y expectativas por medio del mecanismo de la fe. Solo entonces se
producirá la asociación neuronal que transmuta la información suelta en ideas y
conceptos para dar paso al conocimiento y de allí ser utilizado como SABIDURIA.
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