La ciencia cuántica ha demostrado parcialmente
lo que la filosofía yogística ya conocía y pregonaba hace miles de años;
materia y energía solo difieren en grados de vibración. Es decir que la materia
vibrando a altísimas velocidades se vuelve energía y se expresa como ondas de
luz. Igualmente la luz al bajar su rata vibratoria se densifica y “materializa”.
Gracias al avance de la tecnología de los modernos aparatos de medición cuántica,
hoy se sabe que las partículas subatómicas pueden comportarse también como
ondas y viceversa.
Aún la ciencia no concilia el postulado
místico que incluye a la mente (información) como el tercer componente igual en
substancia pero diferente en grados con la materia y la energía, pero luego de
una espera de milenios, no tardará mucho en reconocer tal aseveración y darle
la razón (nuevamente) al misticismo.
De momento, un fenómeno conocido como “masa
crítica” está influenciando el estado de consciencia planetario. Un grupo hasta
hace poco reducido de mentes evolucionadas han estado enviando al resto de la
humanidad la “luz del conocimiento”, que en realidad es una forma sutil de
energía, tan sutil que su grado de expresión se confunde en el límite de la
energía con la mente, esto basado en el precepto yogístico que reza que
materia, energía y mente o como ellos le llaman “Akasa, Prana y Chittá” contienen y proceden de la misma substancia pero expresadas en diferentes
grado de manifestación.
La expresión “te envío luz” significa
justamente el trabajo intencionado y amoroso de alguien que quiere que el otro “se
dé cuenta de…” o lo que es lo mismo; que haga consciencia! Sin embargo, aunque
la luz se propaga en ondas, es susceptible de ser “curvada” por la masa
gravitatoria o ser “desacelerada” por la masa inercial del cuerpo que la recibe.
Esto en fenomenología significa que a pesar de la intención de una consciencia
por influenciar a otra con la “luz del conocimiento”, esta no será recibida con
la misma fuerza y velocidad con la cual ha sido irradiada, debido a lo que se
conoce como “resistencia” de la consciencia receptora.
Esta variación (curvatura) y el tiempo de
adquisición de consciencia (desaceleración), han influido en una ralentización
de la consciencia social y colectiva, pero no la han detenido. A medida que el número
de individuos que “despiertan” aumenta, también aumenta la magnitud de onda de
la “luz de conocimiento” disponible en el campo cuántico en forma de
información neutra que es captada, decodificada y asimilada también por un número
cada vez mayor de mentes en proceso de despertar. Esto da como resultado que la
“masa crítica” o el número mínimo necesario para influenciar a un colectivo, se
potencie y multiplique exponencialmente.
La “Luz” que está recibiendo el mundo no es
una tradicional onda…es una sutil forma de energía que “roza” los límites de la
“Mente Universal”, es decir es más “mente” que “energía”, aperturémonos vibratoriamente
para recibir esta Luz!
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