lunes, 7 de diciembre de 2020

La quinta dimensión




En una consciencia de tercera dimensión se perciben tres aspectos; largo, ancho y profundidad, está es la realidad primera que conocemos y con la cual interactuamos. Luego nuestra consciencia toma en consideración un cuarto aspecto; el “tiempo”. Pasamos así a interactuar de manera rudimentaria en uno de los primeros subniveles de la cuarta dimensión, en la cual percibimos el tiempo más congruente con las tres primeras dimensiones por lo cual lo experimentamos en forma lineal…con un principio y un final. Paulatinamente nuestra consciencia va lentamente evolucionando y comenzamos a cuestionar el tiempo lineal al percibir que este se distorsiona según el tipo de actividad que estemos desempeñando. Si estamos en una cola o esperando algo en forma ansiosa, el tiempo parece ralentizarse mientras que cuando estamos divirtiéndonos y disfrutando entonces “pasa volando”. Al enfocar esta rara cualidad del tiempo y al permitirnos observarla con un sentido cuestionador, el tiempo nos muestra nuevas e interesantes revelaciones. Lo primero que podemos observar es que la edad cronológica no afecta de igual manera a todos los seres humanos. Muchas personas jóvenes lucen “viejas” para sus pocos años y en cambio vemos personas de edad avanzada con una juvenil apariencia. También adquirimos la tendencia de dejar de conducirnos por el reloj y calendario, a veces perdemos la noción del día o la hora que estamos viviendo y pronto nos descubrimos consultando a otros ¿Qué fecha o que día de la semana es hoy?, también nos sorprendemos de ver que rápido llego la hora de la comida, o de la salida del trabajo…que rápido paso el año o que pronto ya es nuevamente navidad. Otro tanto ocurre con los aniversarios, el crecimiento de los hijos y las vacaciones.

Otro aspecto no tan advertido de esta distorsión del tiempo es la recurrencia a repetir ciertos patrones y experiencias como si el tiempo “volviera”. También suelen aparecer, a medida que la consciencia evoluciona por los subniveles de la cuarta dimensión, fenómenos como el “deja vu” o las “premoniciones”. Es entonces cuando surge una presunción en la consciencia de que pasado, presente y futuro quizás podrían significar lo mismo. Se trasciende la consciencia del “Aquí y Ahora” y comienza a emerger el concepto de “eternidad”, comprendemos al fin que eterno no significa “sin fin” sino “fuera del tiempo”. Entonces comenzamos a vivir un “eterno presente” o un “presente perfecto”, ¿recuerdan el popular adagio de “el tiempo de Dios es Perfecto”?, donde el tiempo va perdiendo consecuentemente su poder controlador. De pronto las horas del día nos alcanza para realizar todas las actividades que queramos o nos plazca realizar, el tedio y el aburrimiento se esfuman y el tiempo de espera pasa de ser un tiempo de ansiosa expectativa a un tiempo de gozosa expectación. Podemos sin ningún problema traer aspectos del pasado o del futuro a voluntad y vivenciarlos en el presente en nuestra mente como si estuviesen ocurriendo, es aquí cuando dejamos de percibir al tiempo en forma lineal y lo empezamos a percibir en forma “espiral-circular-ascendente”…estamos trascendiendo la cuarta dimensión y comenzamos a coquetear con la quinta dimensión en la cual ya se está desenvolviendo gran parte de nuestro entorno, incluyendo muchos semejantes a quienes solemos llamar “hermanos mayores”, “ángeles”, “maestros ascendidos” y otros tantos nombres. Pero también la frecuencia planetaria de la entidad conocida como “Gaia” o “Pachamama” tiene rato vibrando en quinta dimensión, por ello a medida que nos adaptamos a la nueva frecuencia y nos volvemos más armónicos con el planeta, comienzan a desaparecer los síntomas físicos, emocionales y energéticos que nos causaba tal discordancia.

Con el aumento de la frecuencia vibratoria, aumenta la capacidad perceptiva. Junto con el concepto de tiempo se distorsiona, o más bien se expande el concepto de Realidad. Nos percatamos de cosas que aunque antes no percibíamos, siempre estuvieron allí y solemos preguntarnos; ¿Cómo es que no lo “vi” antes? Esta pregunta comienza a hacerse cada vez más recurrente mientras nos acostumbramos a nuestra nueva percepción hasta que llega un momento en que se vuelve una condición natural “ver mas allá de lo evidente”, aquí nos apropiamos de un enorme poder, privilegio exclusivo del espíritu humano; el poder de elección!, entonces dejamos de “decidir” entre dos o más opciones para pasar a “elegir” aquello que queremos con libre voluntad y libre albedrío, esta competencia nos lleva de ser “creadores inconscientes” a Ser “Creadores Conscientes”, dejamos de concebir a Dios a nuestra “imagen y semejanza” y comenzamos a reconocernos a nosotros como “imagen y semejanza de Dios”

La quinta dimensión es la primera de las muchas dimensiones en la cual la consciencia se mueve a voluntad por las demás dimensiones en las cuales coexistimos simultáneamente por lo cual experiencias de “sueños lucidos”, viajes fuera del cuerpo o “desdoblamientos”, contacto con seres “no encarnados”, espíritus, “aliens”, ángeles y maestros se manifiestan de forma normal y cotidiana. Se tiene acceso entonces a la mente universal y se extrae de allí todo el conocimiento e información que sea necesario para satisfacer las verdaderas necesidades, ya que las superfluas, relativas e inducidas desaparecen por completo del campo de la percepción, puesto que la Verdad no necesita explicarse, probarse o defenderse… La Verdad simplemente ES!

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