Otro aspecto no tan advertido de esta
distorsión del tiempo es la recurrencia a repetir ciertos patrones y experiencias
como si el tiempo “volviera”. También suelen aparecer, a medida que la
consciencia evoluciona por los subniveles de la cuarta dimensión, fenómenos como
el “deja vu” o las “premoniciones”. Es entonces cuando surge una presunción en
la consciencia de que pasado, presente y futuro quizás podrían significar lo
mismo. Se trasciende la consciencia del “Aquí y Ahora” y comienza a emerger el
concepto de “eternidad”, comprendemos al fin que eterno no significa “sin fin”
sino “fuera del tiempo”. Entonces comenzamos a vivir un “eterno presente” o un “presente
perfecto”, ¿recuerdan el popular adagio de “el tiempo de Dios es Perfecto”?, donde
el tiempo va perdiendo consecuentemente su poder controlador. De pronto las
horas del día nos alcanza para realizar todas las actividades que queramos o
nos plazca realizar, el tedio y el aburrimiento se esfuman y el tiempo de
espera pasa de ser un tiempo de ansiosa expectativa a un tiempo de gozosa
expectación. Podemos sin ningún problema traer aspectos del pasado o del futuro
a voluntad y vivenciarlos en el presente en nuestra mente como si estuviesen
ocurriendo, es aquí cuando dejamos de percibir al tiempo en forma lineal y lo
empezamos a percibir en forma “espiral-circular-ascendente”…estamos
trascendiendo la cuarta dimensión y comenzamos a coquetear con la quinta
dimensión en la cual ya se está desenvolviendo gran parte de nuestro entorno,
incluyendo muchos semejantes a quienes solemos llamar “hermanos mayores”, “ángeles”,
“maestros ascendidos” y otros tantos nombres. Pero también la frecuencia
planetaria de la entidad conocida como “Gaia” o “Pachamama” tiene rato vibrando
en quinta dimensión, por ello a medida que nos adaptamos a la nueva frecuencia
y nos volvemos más armónicos con el planeta, comienzan a desaparecer los síntomas
físicos, emocionales y energéticos que nos causaba tal discordancia.
Con el aumento de la frecuencia vibratoria,
aumenta la capacidad perceptiva. Junto con el concepto de tiempo se
distorsiona, o más bien se expande el concepto de Realidad. Nos percatamos de cosas
que aunque antes no percibíamos, siempre estuvieron allí y solemos
preguntarnos; ¿Cómo es que no lo “vi” antes? Esta pregunta comienza a hacerse
cada vez más recurrente mientras nos acostumbramos a nuestra nueva percepción
hasta que llega un momento en que se vuelve una condición natural “ver mas allá
de lo evidente”, aquí nos apropiamos de un enorme poder, privilegio exclusivo
del espíritu humano; el poder de elección!, entonces dejamos de “decidir” entre
dos o más opciones para pasar a “elegir” aquello que queremos con libre
voluntad y libre albedrío, esta competencia nos lleva de ser “creadores
inconscientes” a Ser “Creadores Conscientes”, dejamos de concebir a Dios a
nuestra “imagen y semejanza” y comenzamos a reconocernos a nosotros como “imagen
y semejanza de Dios”
La quinta dimensión es la primera de las
muchas dimensiones en la cual la consciencia se mueve a voluntad por las demás
dimensiones en las cuales coexistimos simultáneamente por lo cual experiencias
de “sueños lucidos”, viajes fuera del cuerpo o “desdoblamientos”, contacto con
seres “no encarnados”, espíritus, “aliens”, ángeles y maestros se manifiestan
de forma normal y cotidiana. Se tiene acceso entonces a la mente universal y se
extrae de allí todo el conocimiento e información que sea necesario para
satisfacer las verdaderas necesidades, ya que las superfluas, relativas e
inducidas desaparecen por completo del campo de la percepción, puesto que la
Verdad no necesita explicarse, probarse o defenderse… La Verdad simplemente ES!
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